domingo, 28 de noviembre de 2010

Canciones

Me encantan los detalles, y es verdad que en la mayoría ni me fijo, y cuando ocurre que no te extrañe que me pare en el más insignificante dejando los más importantes atrás. Me encanta recrearme, convertir el sentimiento más insignificante en importante, me encanta distraerme en tonterías hasta el punto de pensar “nene, déjalo ya”. Quizás en esta ocasión me siento un pecador. Hace tiempo que ya no me recreo en mis canciones; me encantaba sentarme a escuchar y dejarme llevar, empezar a sentir sin más. Tantas tardes aprovechadas exprimiendo emociones, que ya ni me sonrojo y solo de pensarlo me entran ganas de mas. Me siento un pecador, ¡mierda!¿ Cómo? ¿Cuándo? ¿En qué momento dejé pasar esta canción? Sí, soy un despistado, como con los grandes detalles, pensar que una tarde de gloria hubiera tenido para aprovecharla sin más. Peco de intenso, quizás si, seguro que si; que lástima pecar por no poder expresar con mas claridad.


Diego


Dedicale 5 minutos y veras que querrás dedicarle 10 mas.



martes, 23 de noviembre de 2010

Siento

Aún recuerdo como se recuerda el sentir de los sentimientos. Abrigo mis oídos con la melodía que me pide el cuerpo y paso a paso va llegando solo.... Pues tenían razón cuando predicaban que cuanto más intenso es el sentimiento, más difícil de expresar en palabras es. Me indigno y refunfuño; pataleo y muerdo con fuerza la uña de turno; siento que se me escapan, que se pierden las palabras con cada alo de mi respiración. Maldigo mi impotencia; me molesta sentir y no poder expresar.

Diego.


martes, 16 de noviembre de 2010

domingo, 14 de noviembre de 2010

21 dias en la mina

El programa «21 días en la mina» ha conseguido el galardón Internacional en el apartado de televisión en la 57 edición de los premios Ondas que se realizo en Barcelona. «21 días en la mina» refleja la historia de mujeres solas que luchan por sus hijos en unas condiciones insoportables en Bolivia. Como Marlene y doña Juana, una minera y una viuda de la mina que sacrifican su vida para poder sacar adelante sus familias. En este programa, Samanta Villar viajó a este país andino para experimentar en propia piel uno de los trabajos más extremos y sacrificados: el proceso de extracción del mineral a la antigua, casi manual. Lo hizo en Morococala, un centro minero con más de 100 años de antigüedad a más de 4.000 metros de altura situado en el interior de Bolivia.

















lunes, 1 de noviembre de 2010

Solo sexo... y la vida siguió

Hasta donde mis ojos abarcan, todo está por empezar, se ha regado la tierra de comienzos, de primeras letras, de nuevos tropiezos, de primeros besos. De esa ilusión temprana que se siente cuando uno cree que sí, que es verdad, que no es un sueño. Todavía brillan los ojos, y todavía me abrazas. Todavía me abres la puerta del coche y te pierdes, según te mire mientras hablas. Todavía prima la urgencia de enredarte en mis piernas largas y te sorprende gratamente el corto de mis faldas. Todavía al cansancio le pueden las ganas. Todavía aguantamos despiertos hasta que nos sorprende la mañana. Todavía es mi montura tu cintura y todo mi mundo tu espalda. Todavía me han podido los nervios en tu última llamada. Todavía aletean huracanes en las ventanas. Todavía hace demasiado frío para que salgamos de la cama. Todavía cuando te muerdo no pienso futuros recuerdos. Todavía son descaradas tus marcas en mi cuerpo. Todavía cuando te tengo dentro me da igual el tiempo. Todavía los sentimientos son en clave de sexo, y todavía el sexo es denso, inquieto, nuestro, claro, desquiciado, sin pretextos... Todavía me perturba tu fragancia... Y esos defectillos tuyos, todavía me hacen gracia. Que sientas celos, que cualquier cosa te distraiga, tus consejos paternales que rozan la petulancia... En fin, es un auténtico placer vestirme únicamente con la corona y el cetro de tu reino, pero creo que es el momento de decir... que ya te llamo yo, cari... ¡Nos vemos!


Zahira Rosales Cala